Hablar
de inteligencia es hablar de conocimiento, del saber, de mentes brillantes y
hasta incluso de libros. La inteligencia, si retrocedemos en la historia,
pareciera estar más acentuada en algunas personas que en otras; si hacemos eco
de personas como Albert Einstein, Aristóteles o Da Vinci, que impresionaron al
mundo por su gran inteligencia, nos daremos cuenta que tal vez sea la
inteligencia un privilegio. Y si miramos nuestra experiencia, veremos que a
menudo, las personas se clasifican en inteligentes o, como el lenguaje
coloquial, brutos. Algunos se creerán muy inteligentes y otros, no tanto.
Ahora, ¿qué determina la inteligencia? O para ser inteligentes, ¿se nace o se
hace? Si queremos entender el mundo, y las relaciones interpersonales, si
queremos llegar a tener una mejor educación, la cual llegue a todos por igual,
y tener una mejor sociedad; debemos reflexionar sobre este tema, para saber si
el mecanismo de mundo que tenemos se adecua a la inteligencia de unos pocos, o
a la de todos.
Partamos
del que la inteligencia es la capacidad de relacionar conocimientos que
poseemos para resolver una determinada situación, Si aceptamos esto como
cierto, decimos que una persona es inteligente cuando utiliza sus habilidades
tanto de pensamiento, y de lo aprendido con la vida para resolver problemas
diarios. ¿Quién no ha contado el dinero para pagar algo? O ¿quién no ha hablado
sobre su música preferida? O ¿sobre el libro que más ha leído? Todas estas
actividades denotas inteligencia, porque requiere de conocimientos previos para
lograrlas. Según la teoría triarquica de Robert Sternberg nos dice que la
inteligencia viene de la habilidad de pensamiento y aprendizaje para resolver
problemas académicos y cotidianos. Sternberg postula que la planificación,
supervisión y evaluación son habilidades
para dar solución a una tarea, junto con la selección de información relevante.
Supongamos que vamos a resolver un problema académico; hacer una exposición,
muy común en el proceso educativo. Para darle solución a ese problema, debemos planificar las estrategias y los
puntos a tratar, supervisar día a día la eficiencia de esos puntos y evaluar
con nuestro sentido, con opiniones e investigaciones lo que vamos a presentar;
siempre rescatando la información relevante.
Aparte
de la teoría triarquica, tenemos la teoría de inteligencias múltiples de Howard Garner: la cual postula que poseemos
varias inteligencias, y que por lo tanto los problemas que debamos solucionar,
lo haremos dependiendo del tipo de inteligencia. Si miramos nuestra
experiencia, podemos saber que existes personas más capaces o inteligentes en
unas áreas que en otras. Hay personas muy buenas en lingüística y música, pero
muy mala en matemática y lógica. Ahora, según esta teoría, ¿todos poseemos
todas estas inteligencias? Si miramos nuestra vida, veremos que somos mejores
en algunas cosas que otras, o en varias, pero muy difícilmente en todas. Tendemos
a hacer mejor lo que nos gusta. Con lo que nos llevamos bien. Esta teoría,
explica mucho. ¿Cuántas veces hemos creído que alguien no es inteligente solo
por no hacer bien una operación matemática? O ¿porque redacto mal? Sin duda,
tanto la matemática como la escritura deben de ser elementos esenciales de
manejos de los seres humanos, pero no son los únicos factores que determinan la
inteligencia. Y si nos vamos mas allá, a la teoría de modificabilidad cognitiva
de Reuven Feurtein, nos dice que, aunque tengamos una estructura cognitiva
determinada por lo que ya sabemos, tenemos la capacidad de cambiar dichas
estructuras para ampliar o mejorar nuestras capacidades para la inteligencia.
En
resumidas cuentas, la inteligencia es, bien sea una serie de capacidades según
Sternberg o de varios tipos según Garner, innata a los seres humanos, es decir
que todos poseemos las capacidades y habilidades necesarias para desarrollarla,
a menos de que haya una patología que dificulte dicho proceso. Y debemos tener
claro que es necesario estimular esa inteligencia. Tenemos que mejorar esas
capacidades según Sternberg de planificación, supervisión y evaluación a la
hora de solucionar una situación, que a la vez mejoraran nuestra inteligencia.
También es necesario saber que poseemos varias inteligencias, y por ende,
existen personas mejores en unas áreas que en otras; o ¿acaso a todos nos gusta
la matemática? O ¿dibujar? O ¿escribir? Cada uno tiene ciertas inteligencias, y
debemos saber cuáles son las nuestras, para poder estimularlas y estimular las
que no manejamos muy bien. Debemos tener claro que la inteligencia depende de
muchos factores, pero por consiguiente es una habilidad propia de los seres
humanos; sabiendo las capacidades de cada personas, no tildaríamos de bruto a
nadie, recordando que no somos buenos o inteligentes en todo, porque como bien
dijo Albert Einstein “si juzgas
a un pez por su habilidad para trepar un árbol, vivirá toda su vida
creyendo que es estúpido
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