Simón
Bolívar decía “Un ser sin estudio es un ser incompleto” y ha atreves de los
años dicha afirmación cobra valor. No solo por la eterna búsqueda del
conocimiento desde los griegos hasta nuestros días, sino, como nos ha
demostrado la historia, solo en el conocimiento, en la educación, ha sido
posible la convivencia social y el progreso de la humanidad. Es pues la
educación, la garantía de estrechar lazos con la sociedad y nosotros mismos
para lograr vivir, en plenitud y en buen entendimiento con quienes nos rodean.
No
podemos cansarnos en expresar la importancia de la educación, en el ayer, en el
hoy, pero sobre todo, en el mañana. La realidad actual y las situaciones del
día a día, nos obligan a reflexionar con relación a la educación moderna como
comienzo de un individuo; la falta de respeto, de lealtad, de solidaridad, de
amor, de sinceridad… muchos valores en la actualidad se encuentran en escases, ¿pero
no es la educación la encargada de inculcar estos valores? Pues sí, tanto la
educación familiar como la escolar deben vincular los valores a cada persona, y
hacer de éstos aquello que nos construyan positivamente. En una sociedad que valora más lo físico, en
vez del compromiso, la responsabilidad, el respeto… donde el mercado, la
estética y la televisión se han convertido en nuestro nuevos valores; es
precisamente ahí, donde la educación debe reflexionar. La educación no debe
formar personas para saciar el apetito del mercado globalizado, ni de personas
que integraran las masas como mercancía, sino formar individuos libres, capaces
de saber que son ellos los dueños del marcado y no el mercado dueños de ellos,
individuos comprometidos con la buena convivencia en la sociedad; pero esto
será posible, solo en una educación la cual fomente los valores como garantía
de la construcción de mejores personas y mejores sociedades , una educación que
traspase el conocimiento tradicional, el mero ámbito intelectual, a formar
individuos responsables, solidarios, con la capacidad de reconocer que todos
somos parte de un colectivo y solo con los valores podemos progresar, no
monetariamente, sino humanamente.
Otros
de los puntos neurálgicos donde la educación debe reflexionar es sobre la
inclusión. Si partimos del hecho que la
educación es el instrumento perfecto para lograr sociedades más comprometidas,
responsables y capases de crecer humanamente, ¿no debería la educación estar al
alcance de todos? Y si como nos dice la historia, los pobres conforman la
mayoría, ¿no son ellos los primordiales para una educación? Pues así debería de
ser, la educación faculta de valores, de conocimientos, de deberes y de
derechos a las personas, y por ende todas las personas deben tener derecho
pleno a la educación sin más limitación que su propia voluntad. Sin embargo,
como bien dice la historia, la educación ha estado al alcance de las clases
altas, es decir, con poder monetario para constar tal privilegio. Y a pesar de
los años, todavía existe una brecha entre la educación y los pobres. Tal vez
todos poseemos la oportunidad de estudiar, pero no de la misma manera. Quienes
tienen más, tiene una mejor educación y quienes no tienen nada, la educación le
llegan como migajas. ¿Qué debemos hacer entonces para no excluir a nadie de la
educación? Debemos promover la educación gratuita en nuestras leyes, condiciones óptimas para el buen
desenvolvimiento de la misma, debemos exigir cada día una educación de calidad.
De
la reflexión viene la acción, eso resume el intereses de todo los antes
escrito. Tenemos que ver o mejor dicho que sentir a la educación, no como algo
mero académico, sino como una herramienta formadora de ciudadanos; con todas
las implicaciones de ser ciudadanos. Una educación que fomente conocimiento,
pero junto a estos, fomente valores para poder desarrollarnos como seres
humanos, como seres sociales que somos. Saber que por encima de las condiciones
y exigencia del mercado, somos seres esencialmente libres. Que somos los dueños
de nuestra vida, y que con una educación que valore lo valorable, podamos vivir
valorando lo que merece ser valorado. Además, para hacer de la educación como
un instrumento de construcción positivo, ésta debe de estar al alcance de
todos, sin discriminación alguna, para que sea un agente de cambio en una
sociedad como la actual, porque como bien dijo Mandela “La educación es el arma
más poderosa para cambiar el mundo”
No hay comentarios:
Publicar un comentario