Son los sueños los grandes motivadores de la vida, los que nos impulsan a seguir adelante y trabajar por resultados. Es por eso que hoy, he decidido escribir para contarles a todos, un sueño que desde hace tiempo me viene rondando la mente, que nace desde la posibilidad de hacerlo realidad y se nubla con la lejanía de lograrlo. Un sueño profundamente arraigado a esta tierra, que se mezcla con el sol ardiente del llano y la fría brisa marina del caribe. Un sueño que resume el sentir de millones… Un sueño venezolano
Hoy Venezuela cansa, agota y te absorbe. El despertar de la mañana es una bofetada al espíritu; entre el pensar como estirar los sueldos, el ver que conseguir para comer, el miedo por sentir represalias por tu opinión, hasta la frustración de no ver salida. Hoy la realidad nos inunda, nos atrapa. Esa realidad nos da en la madre… Hoy en nuestro país, porque es mío y tuyo también, trata de imperar un sistema que surgió de la esperanza de millones, de no cometer los errores del pasado. Pero que con el tiempo se volvió una pesadilla. Quienes prometieron suplir necesidades, originaron más. Quienes prometieron riqueza provocaron miseria, esos mismos quienes prometieron libertades, las cortaron.Terminó siendo peor el remedio que la enfermedad.
Hoy Venezuela también es una justicia con una mordaza imperante, donde la libertad es el único antídoto para el odio actual. Siempre he creído que la libertad es la manera más humanamente posible para vivir, y la democracia el mejor sistema para convivir. Pero hoy también nos escasea ellas. No podremos hablar de libertad ni mucho menos de democracia cuando los medios de comunicación nacionales se autocensuran, los cuales prefieren trasmitir el tráfico en vez de las diversas manifestaciones en el país. Donde se cierran canales o se obligan a venderlos por asuntos políticos. No podremos hablar de democracia y libertad en Venezuela, mientras en el parlamento nacional, que debería ser la casa del pluralismo de ideales, se le cercene el derecho de palabra a algunos, de que el señor presidente de la Asamblea Nacional pretenda inducir una dictadura en la casa de la democracia, imponiendo quien habla y quién no. Tampoco es democracia ni libertad la criminalización de la protesta, el derecho justo y necesario a reclamar y a aspirar mejoras
No puede haber democracia ni libertad donde se imponga un socialismo del siglo XXI en vez del derecho a disentir. No es democrático pretender apagar e ignorar las voces que discrepamos con este régimen. El país no es una mitad, el país es todo en su conjunto. Pero a pesar de todo lo que he planteado, entre tristeza y rabia, y que tú vives la misma situación, como dijo alguien hace algún tiempo, yo hoy todavía tengo un sueño. Un sueño inseparable de esta tierra, del tricolor nacional, del araguaney, de las arepas de siempre, de la amabilidad y jocosidad de nuestra forma… Sueño con un país donde no te llamen apátrida por disentir del gobierno, donde el optar por un beneficio del estado no signifique un soborno a la conciencia, que la protesta sea un incentivo para iniciar reformas y no el momento perfecto para las bombas lacrimógenas. Donde los medios de comunicación transmitan la diversidad del país y no la irrealidad de algunos. Sueño con un país en el cual el inmenso mar caribe signifique la posibilidad de llegar al infinito y no la celda que nos separe del mundo.
En fin, es un sueño mío pero que representa el de millones. Como dice la canción de Imagine de John Lennon “podrás decir que soy un soñador pero no soy el único” Aunque hoy me encuentre solo escribiendo estas líneas, sé que el mismo sentir, las mismas ganas y el mismo sueño lo comparten millones de hombres y mujeres. Y es la posibilidad de hacerlo realidad, la razón por la cual he decidido escribir hoy. Porque creo en el futuro que aun aquí podemos construir, porque me rehúso a creer que no hayan fondos en las inmensas bóvedas de oportunidades de este país. Porque creo en la capacidad y esperanza de nuestra gente. Porque creo en ti y que juntos podemos sacar al país adelante. Por eso me dirijo a todos y cada uno de ustedes; al joven soñador, al trabajador constante. A quienes tiene la esperanza en las vísceras y a quienes la han perdido. A quienes se atreven y a quienes sienten miedo. A los libres y a los presos. Solo juntos lograremos los cambios políticos y sociales que el país nos demanda.
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